domingo, 28 de abril de 2013

Fuego a la discreción


«Mi papel -y esta es una palabra demasiado enfática- consiste en señalar a la gente que son mucho más libres de lo que se sienten, que la gente acepta como verdad, como evidencia, algunos temas que han sido construidos durante cierto momento de la historia, y que esa pretendida evidencia puede ser criticada y destruida» Michael Foucault

Empiezo con una cita de Foucault para hacer hincapié en lo que a continuación trataré de desarrollar. Como bien dice la cita "cualquier hecho de la historia puede ser criticado y destruido" pero ¿Por qué medio exactamente podemos destruir los hechos de la historia? Lamentablemente y como la historia misma nos ha enseñado, la política es la única acción capaz de destruir los hechos históricos, la creación de las leyes, las cimentación de la "moral" la "ética" a través del estado son bases para empezar el proceso de olvido infinito de la historia, nuestra historia. 

El estado en su papel de proporcionar seguridad y buen vivir se ha ocupado de asegurar el bienestar de sus allegados, asegurar los procesos que los enriquecen y asesinar (de manera emblemática) a cualquiera que se interponga en el medio, sea persona, institución o bien como en algunos casos se da, hechos históricos; los políticos disparan con balas de verborrea, discursos robados, instituciones fantasmas y licitaciones que solo ayudan a los amigos de los amigos, asesinado la gentileza y la esperanza de un pueblo que agoniza en ignorancia, desnutrición, pobreza etc. Abren fuego a la discreción crítica y detienen la opinión de los pocos que se atreven a ir en contra de ellos con prepotencia y un kansas city shuffle que funciona como aliciente para los más ingenuos; y es que todos somos ingenuos de alguna manera pero no de la manera tan insultante y peyorativa con la que nuestros funcionarios políticos les gusta pensar.

Es cierto la política destruye la historia, pero ¿Por qué no utilizar esto a nuestro favor? ¿Por qué no ser nosotros los que decidimos qué hechos de la historia destruir? Que al pueblo se le permita emitir libre opinión con veracidad en los hechos antes de decidir qué posición tomar, que si a un genocida se le permitirá participar como candidato en las elecciones presidenciales, en las escuelas públicas y colegios privados se debe enseñar a nuestros niños cuántos guatemaltecos murieron a manos de el ejercito y sus comandantes.

No permitamos que la política decida qué historia destruir, cuál hecho polarizar, a quién se debe poner en el escrutinio sino que seamos nosotros los encargados de enterrar las diferencias raciales, clasistas y socioeconómicas que marcan al país y sacar a la luz la corrupción, el imperialismo y la oligarquía que nos gobierna para que nunca más vuelva a suceder.

Qué la crítica al político no desaparezca hasta que el político nos critique a nosotros porque él está haciendo bien su trabajo.